Entró luciendo una sonrisa, la cola interminable de más de tres horas bajo aquel sol de justicia no había conseguido borrársela.
- Profesión? - Preguntó la funcionaria tras el escritorio.
- Soñador - Contestó el hombre.
- Le interesaría un trabajo de probador de colchones?
- Por dios, eso es para los novatos, yo soy todo un profesional! - Protestó escandalizado.
- Ya veo..., de los que sueñan despiertos, eh?
Lo vio marcharse ligero, dando saltitos. Seguía sonriendo.
- No me lo explico, cada vez son más...- Dijo meneando la cabeza disgustada.
Guardó el formulario en la carpeta roja, la de los casos perdidos.