Camino entre la hierba que reverdece en un lunes petricor.
Con los pies descalzos, dejando que la tierra me impregne.
El barro bajo mis pies me transporta entre las nubes.
Es como abrazar un peluche algodonado, suave y redondo.
Se ve todo más claro desde aquí arriba.
Sin la mirada fiera de los encorsetados.
En el jardín reposa el cuerpo sentado de un loco.
Es blanco como las nubes. Sujeto a la vida por una camisa de fuerza.
¡Estúpidos cuerdos que creen que así lo sostienen!
Tiene la mirada perdida. Con los ojos en coma.
Sus ojos se han cruzado con los míos aquí arriba.
Estaban llenos de galaxias infinitas y partituras de guitarra.
Yacían en una playa solitaria con el arrullo del mar cantando al alba.
Con un mundo inefable detrás de su iris incandescente
y miles de universos en sus pestañas.
Fuera los hombres grises siguen con sus vidas grises.
Pasan por su puerta con ademán insidioso.
Corriendo como hormigas. Creyéndose grandes con sus minúsculas antenas.
Con sus carteras bajo el brazo y sus enormes proyectos anudados en la corbata.
Resulta irónico que encerremos a los cuerdos.
Me pregunto quiénes son los locos...
Con los pies descalzos, dejando que la tierra me impregne.
El barro bajo mis pies me transporta entre las nubes.
Es como abrazar un peluche algodonado, suave y redondo.
Se ve todo más claro desde aquí arriba.
Sin la mirada fiera de los encorsetados.
En el jardín reposa el cuerpo sentado de un loco.
Es blanco como las nubes. Sujeto a la vida por una camisa de fuerza.
¡Estúpidos cuerdos que creen que así lo sostienen!
Tiene la mirada perdida. Con los ojos en coma.
Sus ojos se han cruzado con los míos aquí arriba.
Estaban llenos de galaxias infinitas y partituras de guitarra.
Yacían en una playa solitaria con el arrullo del mar cantando al alba.
Con un mundo inefable detrás de su iris incandescente
y miles de universos en sus pestañas.
Fuera los hombres grises siguen con sus vidas grises.
Pasan por su puerta con ademán insidioso.
Corriendo como hormigas. Creyéndose grandes con sus minúsculas antenas.
Con sus carteras bajo el brazo y sus enormes proyectos anudados en la corbata.
Resulta irónico que encerremos a los cuerdos.
Me pregunto quiénes son los locos...
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