Esta noche pensaba acerca de la situación actual en nuestro
país, de mi situación, que es también la de muchas personas de mi generación.
Trataba de hacer memoria histórica y analizaba como hemos
llegado hasta aquí. Y lo que he visto no me ha gustado.
Me preguntaba porque me quedaba impasible, aletargada,
inmóvil…, como si la cosa no fuera conmigo, mientras veía cómo se desmoronaba
todo el sistema que con tanto trabajo nuestros padres y abuelos habían levantado.
Porque sí, a veces se nos olvida que fueron ellos los que
lucharon por los derechos que ahora nos roban: Que fue su coraje el que
conquistó la jornada laboral de ocho horas, el sueldo digno y acorde con el
nivel de vida, la sanidad universal, la educación pública y de calidad…
Fue la lucha obrera, y enfatizo la palabra LUCHA porque todo
lo que consiguieron lo hicieron luchando.
Todas esas personas insignificantes, en su mayoría
campesinos sin cultura, se unieron para conseguir una vida mejor y lucharon
contra el estado, contra el sistema, contra el gobierno. Ellos, con sus pocos
recursos, tuvieron más visión que nosotros, que con todas nuestras carreras, tecnología,
conocimiento y ciencia nos dejamos pisar como hormigas.
Nos enorgullecemos de nuestra cultura, la cultura del
egocentrismo, el individualismo, y nos miramos el ombligo cada uno en nuestras
casas mientras todo se va a la mierda.
Yo la primera. Con frecuencia me pregunto porque no cogí un autobús
y me planté en Madrid para la acampada Sol.
Podía haber cogido a mis dos hijos, la tienda de campaña del
trastero y haberme unido a un movimiento que me parece la única reacción
sensata que ha habido desde que toda esta crisis empezó, ¿o debería decir estalló?...Porque
empezar empezó hace ya bastantes años: cuando empezaron a desmontar nuestras
fábricas, nuestros astilleros y en su lugar construyeron hoteles y chales de
lujo, cuando todos teníamos dos casas, cuando nos dábamos el lujo de rechazar
trabajos poco cualíficados esperando que otros los hicieran por nosotros…Fue
entonces cuando empezó, pero estábamos demasiado ocupados comprando, viajando y
viviendo a todo tren para mirar más allá de nuestras narices. Ya sabéis…: “España
va bien”.
Seguramente, si en ese momento me hubiera presentado en esa
sentada pancarta en mano, hubieran venido los servicios sociales a quitarme la
tutela de mis hijos diciendo que soy una mala madre por arrastrar a mis cándidos
niños a semejante reunión de hippies, antisistemas y anarquistas… También
podría haber optado por dejar a mis hijos en casa e irme yo. Entonces todo el
mundo me hubiera acusado de ser una mala madre porque abandonaba a mis dos
querubines en post de unos ideales que eran una utopía…”Que se manifiesten
otros” – me hubieran dicho – “Tú tienes responsabilidades familiares, ya no
eres una cría para hacer semejante tontería”…
En fin…, no lo sabré, porque en lugar de luchar me quede en
mi casa frente al televisor, tratando de averiguar que pasaba en los medios de
comunicación que más desinformaban que informaban.
Si no os habéis dado cuenta,
los medios de comunicación son una estructura que obedece a los intereses de los
que los financian: es decir, al poder, ya sea gubernamental o empresarial. Su información no es fiable, nos manipulan!!
Todos los que estuvieron allí vieron con buenos ojos
intentar luchar de la manera que el estado admite: mediante la política. (Como
si nuestra constitución no recogiera también el derecho de todos los ciudadanos
de manifestarse y reunirse….) Y entonces nació Podemos.
El problema es que los partidos políticos, más allá de sus
ideales, se mueven por votos y acaban corrompidos por el poder, y todas las
demandas que se hacían en el movimiento social se van suavizando para aglutinar
más votantes.
Así, el estado consiguió lo que quería, tenernos a todos
contentos. Más de lo mismo.” Si queréis podéis votar a Podemos y ya no es necesario
montar revuelo, quedaros así, sentaditos en vuestras casas, que por un momento
nos habíamos acojonado creyendo que habíais despertado y pensabais organizaros
para luchar contra nosotros. Menos mal que os tenemos bien educaditos, no como
a vuestros padres y abuelos…”
Y nosotros, como gilipollas, caímos en la trampa. Una vez
más, nos miramos nuestros ombligos y nos condenamos al ostracismo, en nuestra
estrechez de miras, volvimos a perder de vista lo que en realidad está
sucediendo, que estamos perdiendo todo aquello por lo que tanto lucharon los
nuestros: Todos nuestros derechos. Y seguimos sin hacer nada…
Y en este punto es donde me pregunto ¿Y entonces que hago?, ¿tal
vez debería aprender en el youtube a hacer un cóctelMolotov y atacar con él los
bancos? (sin nadie dentro, por dios, que no soy partidaria de la violencia), …¿Qué
tal irme con una pancarta al parlamento?, ufff, que va, demasiado riesgo, que
ahora por protestar te meten dos años en la cárcel…, ¿O Tal vez debería ponerme
en bolas en mitad de Madrid con protestas pintadas en mi cuerpo?, seguro que
sería una noticia jocosa más en el telediario del mediodía o tal vez ni eso…
Demasiados riesgos. Mejor me hago un autolavado de cerebro,
acallo mi conciencia compartiendo en el Facebook mensajes de protesta, publico
en mi estado mi cabreo cuando veo como nos ningunean y nos joden vivos, y como
mucho, publico un post en mi blog, que aunque no sirve de nada, al menos me
sirve para desahogarme…
“No os preocupéis hijos míos, vuestra madre no está loca!!, seguiré
pagando mi hipoteca y viviendo asfixiada para dejaros de herencia una casa en
la playa, la que nunca tuvieron mis abuelos, ¿No veis que a mí sólo me dejaron todos
los derechos que ahora dejo que me roben?... Seguro que estaréis muy orgullosos
de mí…”
Pero Esperar un momento, voy a escuchar Vetusta Morla a todo
volumen durante un par de horas, a ver si canalizo mi rabia y luego nos vamos
al parque…
Al fin y al cabo, nosotros todavía no estamos tan mal: vamos
comiendo, pagando y viviendo… aún tenemos cosas que perder, así que mejor que
protesten los que ya lo han perdido todo y yo los veo sentada por la tele en mi sofá.
Después de todo… lo único que he perdido por el momento es
mi dignidad.