El niño llegó al parque con sus dos coches nuevos en la mano. Uno era verde y otro rojo, sus colores favoritos. Estaba esperando que llegara su mejor amigo para jugar. Se encontraba desempaquetando los vehículos con regocijo cuando el otro niño llegó.
Al ver los coches, el amigo le pidió que le prestará uno.
El niño miró un coche, después el otro y los echó a rodar
lejos. El coche verde llegó primero.
Las madres observaban la escena a solo unos pasos.
El amigo corrió a donde su madre y se agarró a sus piernas haciendo
pucheros. Ésta lo consoló con mirada inquisitiva hacía la otra madre que con un
gesto triste de desaprobación miró a su hijo.
El niño estaba de espaldas, se había alejado a recoger los
coches.
Rápidamente vino corriendo. Se acercó a su amigo y tendiéndole
el coche verde en la mano le dijo:
- Toma! te dejo éste… es el más rápido!